JAQUE A LA REINA
Y vendrá la salmuera a conservar los órganos del calor y el frío.
Y la sal regurgitará desde la viscosidad del esófago
llegando a expeler pequeñas partículas de sodio
disfrazadas de huída en una tormenta de blanca arena
desde el claustrofóbico interior
buscando una melé humana donde posarse augustas y libérrimas.
Y vendrá el amor obeso gladiador contemporáneo más viejo que las libélulas, emigrante del tiempo, alimentado por monsanto, excitando endorfinas, mascando pueblos, agitando ríos.
Y sonarán siete apocalípticas trompetas para que todos despierten y lo vean.
Y las cercas, las alambradas y la salmuera se rendirán bastardas al primer poema poniendo, de nuevo, en jaque a la reina.
Y la sal regurgitará desde la viscosidad del esófago
llegando a expeler pequeñas partículas de sodio
disfrazadas de huída en una tormenta de blanca arena
desde el claustrofóbico interior
buscando una melé humana donde posarse augustas y libérrimas.
Y vendrá el amor obeso gladiador contemporáneo más viejo que las libélulas, emigrante del tiempo, alimentado por monsanto, excitando endorfinas, mascando pueblos, agitando ríos.
Y sonarán siete apocalípticas trompetas para que todos despierten y lo vean.
Y las cercas, las alambradas y la salmuera se rendirán bastardas al primer poema poniendo, de nuevo, en jaque a la reina.
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